Nada opone resistencia contra la imparable subida de los precios del alquiler, y eso que ya superó hace tiempo los máximos históricos marcados en el año 2007, para ahora reeditarlos prácticamente mes tras mes. A cierre del primer trimestre del año, el precio de los arrendamientos se situó un 7% por encima del mismo periodo del año pasado, para alcanzar los 12,36€/m2 de media nacional, según datos del portal inmobiliario Fotocasa. Gran parte de esa subida es achacable únicamente al primer trimestre del año, porque desde el 1 de enero los arrendamientos se han encarecido un 6%. Es decir, que las subidas de precios están acelerando, en un contexto en el que la cada vez mayor tasa de esfuerzo que supone el alquiler debería ralentizarlas. Pero es que parte de este contexto es también una clamorosa falta de oferta, agravada a medida que pasa el tiempo, por una variedad de factores.

Uno de estos factores tiene que ver con la política en materia de vivienda del Gobienro, opinión compartida por distintos actores del sector, pero también incluso por el FMI. En un informe del pasado viernes, este último organismo puso en duda la efectividad de la decisión de establecer topes al alquiler en zonas tensionadas, una de las medidas entrella del Ejecutivo. 'Experiencias pasadas sugieren que los controles de renta pueden reducir la oferta en alquiler y limitar el acceso a los grupos más desfavorecidos, socavando los propios objetivos de la ley'.

La semana pasada, el Gobierno pidió a los propietarios particulares que pongan más vivienda en el mercado de alquiler y a un precio asequible, a cambio de nuevas medidas que les den seguridad e incentivos, más allá de decisiones que ya ha tomado el Ejecutivo, como la ampliación de las deducciones en el IRPF por vivienda en alquiler hasta el 90%, eso sí, en casos muy concretos.

En el análisis que realiza de este incremento de precios, el portal inmobiliario apunta a otro causante de esta caída de la oferta. Según María Matos, responsable de Estudio de la compañía. 'La razón principal de este calentamiento es el desequilibrio existente entre oferta y demanda. En estos momentos el stock de vivienda disponible está atravesando su peor etapa debido al traspado de arrendamientos residenciales a alquiler de temporada o habitaciones, mientras que la demanda continúa intensa y concentrada en los grandes núcleos urbanos, por lo que los precios se tensionan al alza'.

Parece que esa diversificación hacia otras modalidades del alquiler se realiza en busca de un mayor rentabilidad del inmueble. Sobre todo en el caso del alquiler turístico, cuya demanda ha crecido exponencialmente desde el fin de los confinamientos y apunta a seguir haciéndolo. Una encuesta del portal de alquileres vacacionales Holidi señala que la mitad de los propietarios ha subido los precios este año o planea hacerlo en lo que queda de 2024. Todo al calor de un furor turístico cuyo fin todavía es difícil vislumbrar. Puede que estos fuertes incrementos en la tarifa de un alquiler turístico medio convenza a cada vez más propietarios a trasvasar su vivienda del arrendamiento trodicional al vacacional.

Fuente periodistica: EXPANSIÓN