El tipo promedio del 11% aplicado en nuestro país solo es superado por Bélgica y Reino Unido.
Los costes tributarios del promotor, y que éste repercute, incrementan el precio final un 20%.
La vivienda está subiendo en las encuestas rápidamente como una de las principales preocupaciones de los españoles. Se encuentra ya entre los tres primeros problemas que les afectan económicamente y hasta personalmente. El motivo es su difícil acceso. Escasez de oferta y regulación excesiva la han convertido en un bien muy demandado y caro. Uno de los factores que más influyen es la fiscalidad que en nuestro país pesa sobre la vivienda.
En la actualidad, España aplica el tercer tipo máximo más elevado del impuesto sobre transacciones con un 11%, solo por detrás de Bélgica (12,5%) y Reino Unido (12%), según datos del INE que recoge el estudio Mercado inmobiliario en España de Carlos Balado, profesor de OBS Business School.
El país destaca por contar con dos impuestos a las transacciones inmobiliarias: el Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales (ITP), que se calcula y aplica cuando se transfiere el título legal de propiedad de un inmueble a un tercero; y el Actos Jurídicos Documentados (AJD), cuando se firma la escritura de compraventa.
Hay que considerar también el IVA que grava las transacciones de vivienda nueva. El ITP es un tributo cedido a las comunidades autónomas y sus tipos varían de una a otra. Los más altos son los de Baleares, que oscilan entre el 8-13%. Siguen Cataluña y Comunidad Valenciana (10-11%) y Extremadura (8-11%). Aragón, Asturias y Castilla y León los tienen entre el 8% y 10%. Cantabria y Castilla-La Mancha aplican el 9%. Los más bajos son los de la Comunidad de Madrid, Navarra, Ceuta y Melilla (6%).
Carga fiscal
La vivienda española está gravada con múltiples tributos. De acuerdo con el estudio, desde la compra del suelo para la construcción por parte del promotor hasta su adquisición por el comprador ‘se pueden pagar hasta 16 figuras tributarias’.
FUENTE: EL ECONOMISTA