Los precios siguen subiendo porque no hay oferta suficiente para satisfacer la demanda actual.
El Instituto Nacional de Estadística (INE) confirmó el viernes que en el segundo trimestre –y ya van 45 seguidos– se alcanzó una nueva subida interanual de doble dígito en el precio de la vivienda. Desde 2014, año en el que se registró el mínimo tras el estallido de la burbuja inmobiliaria y financiera de 2007, los precios han crecido un 87%. Sin embargo, desde finales de 2024, el mercado ha entrado en una fase de euforia o aceleración, con tasas de crecimiento interanuales no vistas desde los años del gran boom inmobiliario.
En este punto, la pregunta es sencilla: ¿Hay una burbuja en España? ¿Cuánto más pueden subir los precios? ¿Cuándo dejarán de subir? ¿Cuándo habrá caídas? Sobre la posibilidad de que exista una burbuja, ningún indicador ni voz autorizada ha alertado de este extremo.
Al contrario, si el precio sube es porque no hay suficiente oferta para satisfacer la demanda. El contraargumento es que en los años del boom sí había oferta –se construían más de 600.000 casas al año– y aun así los precios crecían. Sin embargo, en aquel momento todo se sustentaba en el crédito, pero hoy la situación financiera de las familias, del sector constructor y promotor y del sistema financiero es ‘sólida’, asegura CaixaBank, que resume la situación del mercado: ‘Se encuentra en fase expansiva, impulsado por la bajada de los tipos de interés, la mejora del poder adquisitivo y el crecimiento demográfico. La demanda sigue creciendo con fuerza, con un notable protagonismo del comprador extranjero, y la oferta poco a poco también va ganando tracción,aunque sigue sin compensar el déficit de vivienda acumulado desde 2021. El precio de la vivienda sigue acelerándose, superando ya el máximo alcanzado en 2007 en términos nominales, y se empiezan a detectar señales de sobrevaloración. Sin embargo, el contexto actual difiere del anterior al estallido de la burbuja inmobiliaria: no hay un exceso de oferta, sino un grave déficit de vivienda y eso es lo que explica la presión sobre los precios’.
FUENTE: EL PERIÓDICO